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El internet de las cosas, los terminales móviles y los ordenadores portátiles han desplazado el clásico pc de sobremesa. Estos cambios nos han dado la libertad del movimiento. Estas ventajas no son tales si no disponemos de una conexión flexible y móvil.
La tecnología wifi nos brinda conexión allí donde la necesitemos, sin estar atados a una mesa. En lugares públicos también podemos tener esa libertad. Sin embargo, un entorno público plantea nuevas necesidades que faciliten a usuarios frecuentes o invitados un acceso sin problemas y tan seguro como sea posible.
Para la gestión y control de estas redes públicas,  permite a los usuarios darse de alta de forma sencilla (si es que se requiere), facilita diferentes velocidades, estadística… y como la propia filosofía de wifi, es independiente de un ordenador fijo.
Funcionamiento en la nube. No hay que instalar ordenadores servidores, ni drivers, ni plugins… Para la gestión, en caso de ser necesaria (por ejemplo para obtener estadística), basta un navegador de internet. Es posible un funcionamiento local según necesidades.
Agrupación de varias instalaciones, por ejemplo para varias redes de wifi en centros diferentes, pero que todos dependen del mismo organismo. Basta un acceso a internet para ofrecer el servicio en un lugar.
Alta de los usuarios o bien de forma manual, o bien por correo electrónico al administrador del sistema, que da o no su consentimiento. Se permite, aunque no es recomendable, el acceso anónimo.
Conexión con otras bases de datos (SQL) para compartir usuarios ya dados de alta en otros sistemas.
Control de horarios, control de tipos de usuario con parámetros para cada uno (por ejemplo velocidad de navegación).
Seguimiento estadístico de uso, para optimizar el servicio adaptándose a las necesidades reales.
Almacenamiento de logs de navegación hasta donde la ley puede exigir / permitir.
Personalización de las páginas de identificación, permitiendo elementos como logotipos propios.
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